Los equipos de trabajo son espacios para decir y hacer, pero ¿estamos seguros de que todos los integrantes expresan sus ideas y desarrollan su máximo potencial? Es aquí donde la seguridad psicológica entra en acción, en el entorno donde interactúan los miembros de un equipo.
Expresarse sin riesgo a las consecuencias y hacer las cosas sin miedo a ser reprendido permiten que los integrantes de un equipo desplieguen todo su potencial creativo. Los integrantes de un equipo no son enemigos aunque expresen opiniones diferentes.
En un equipo con seguridad psicológica las personas son vistas como iguales, porque todos tienen creencias, objetivos y vulnerabilidades y anhelan ser reconocidos.
Entre las diversas estrategias para fomentar la seguridad psicológica están las siguientes:
Respeto
Si somos parte de un equipo tenemos intereses comunes pero también tenemos diferencias debido a nuestra trayectoria e ideas. Comprender esto es un paso indispensable.
Empatía
Es la capacidad de entender que no sabemos todo y que las opiniones de otros nos nutren incluso si van en sentido contrario a lo que pensamos.
Confiabilidad
Si la gente sabe que puede confiar en ti, dará sus opiniones y llevará a cabo sus actividades dando su mejor esfuerzo, porque saben que trabajan con alguien que se compromete, cumple y apoya.
Falla segura
Fallar y aprender, entender no se falla por displicencia sino por un esfuerzo de innovación es la mejor forma de que el quipo no se quede estático.
Expresar y escuchar opiniones, admitir errores y confiar en la capacidad de otros son detonadores de los resultados de un equipo. La seguridad psicológica es una herramienta que ayuda en la búsqueda de este objetivo.